Cuenta la leyenda que, en un pequeño pueblito de la Provincia de Jujuy, llamado Purmamarca, rodeado de grandes cerros iguales a todos los que se conocen en el mundo, a un grupo de niños que se habían cansado de que todos los habitantes y los paisajes siempre se vieran tristes y aburridos, se les ocurrió hacer algo para alegrar a su pequeño pueblo. Les preguntaron a sus padres qué podrían hacer, pero ellos no supieron que responder, pensando que sus hijos se terminarían acostumbrando; pero los niños no se dieron por vencidos y decidieron que juntos solucionarían el problema. Juntaron toda la pintura de color que encontraron y cada noche salían de la cama y subían a pintar el cerro. Siete noches repitieron eso y aunque les avisaron a sus padres que estaban saliendo para colorear el cerro, ellos no les creyeron y pensaron que sólo estaban soñando. Los niños pintaron el cerro con todos los colores que habían conseguido ¡Mientras más colores encontraran, más bello y alegre sería el ce...
Comentarios
Publicar un comentario